
Los gatos son sumamente sigilosos y elegantes, incluso para beber. Mientras que el perro se llena la boca dejando caer sin más la boca en el cuenco, los gatos usan dos fuerzas físicas: la gravedad y la incercia.
En un estudio publicado en la revista Science, los científicos del MIT, Virginia Tech y la Universidad de Princeton, analizaron cómo beben los felinos salvajes y los gatos domésticos, llegando a la conclusión de que para beber desafían las leyes de la gravedad.
Grabaron cómo bebían y luego analizaron las imágenes a cámara super lenta hasta establecer la velocidad de la lengua y la frecuencia.
Según los investigadores, cuando un gato curva la lengua ligeramente hacia atrás para beber lo hace en forma de J mayúscula, como si fuera una cuchara. Cuando toca la superficie líquida, el agua forma una columna de líquido que crece por inercia y antes que la gravedad rompa esta columna, el animal cierra la mandíbula para capturar el agua.
Además el gato elige la velocidad con el fin de maximizar la cantidad del líquido ingerido, de hecho la lengua se mueve a gran velocidad, sobre 4 veces por segundo ingiriendo con cada lametazo unos 0.1ml, aunque varía en función del tamaño del animal. Por ejemplo los grandes felinos como los tigres deben sorber más despacio.